Los pozos sépticos reciben a diario diferentes clases de desperdicios
provenientes de inodoros, duchas, lavamanos, cocinas, albercas,
lavadoras y pisos. Estos desperdicios son ricos principalmente en
materia orgánica y grasas. En los sistemas de drenaje y dentro de los
pozos sépticos habitan billones de bacterias que en condiciones óptimas pueden degradar esos compuestos.
Los problemas se presentan cuando se acumulan capas de grasa y
lodos que no permiten que los procesos de descomposición ocurran de
forma natural causando que parte de esos materiales sean arrastrados
hacia el campo de infiltración hasta llegar a producir el colapso del pozo séptico.
Sustancias como blanqueadores, desinfectantes de baños,
detergentes, pasta para los dientes y jabones también contribuyen a
disminuir la población de bacterias y por lo tanto a alterar el ciclo de descomposición natural. Las
señales que usualmente indican que el proceso de descomposición está
fallando son los malos olores, la excesiva acumulación de lodos, la
necesidad de mantenimientos frecuentes y el bloqueo de las líneas de
desagüe y de las zonas filtrantes.
Para esto la opción más adecuada sería la contratación de un camión hidrocleaner el cual succionaría todos estos desechos sólidos.
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